martes, 31 de enero de 2012

CON FINAL FELIZ

      No sé cómo acabé yo allí sola, sola, en aquel patio de piedras grandes y antiguas. Estaba hundida, con esa tristeza bella que sólo pueden tener los adultos jóvenes o semi- adolescentes. Me dije a mí misma: "si viene ahora, mientras cuento hasta diez, será porque vamos a vivir nuestra vida juntos". Y apareciste tú, que no estabas solo pero que llegabas sin compañía. Venías sonriendo, sin nervios, sin imaginarte nada de nada, acompañado únicamente de tu simpatía.
Mírate ahora, abrazándome por las mañanas, mirándome con ternura, acompañándome en todos y cada uno de los recorridos.


      En aquella sala había muchas sillas, muchas personas sentadas y una que faltaba. Yo estaba aburrida, no me interesaba lo que veía ni lo que escuchaba. Entraste por la puerta y mi corazón dio un brinco, sin aviso previo; se me iluminó la vida y, de la nada, apareció un pensamiento dirigido a ti: "¿sabes que vas a ser el padre de mis hijos?". Menos mal que no escuchaste aquéllo porque fue tan impertinente que hasta me asustó a mí.
En la puerta hay dos niños esperándote todos los días. A ti te llaman papá y a mí mamá.


      Después, como por magia, todo mejoró hasta el infinito, hasta lo máximo que puede mejorar la vida de una persona. Un día me dijiste: "Y nos iremos descubriendo arrugas nuevas en la cara, pero nos vamos a mirar en los mismos ojos cada día, todos los días..". Sé que no lo recuerdas, tú no eres de ese tipo de persona...pero yo sí, y no lo olvido.







lunes, 30 de enero de 2012

NUESTRA LACTANCIA MATERNA

Un abrazo intenso, una sonrisa con la boca llena, calorcito en la cama, un cuerpo pequeño y amado, jugueteos, el dedo chiquitito al ojo chiquitito: sueño, pelo mojado de sudor, manita en el pecho, pellizcos, miradas que hablan, caricias mutuas...

      Ésta ha sido nuestra lactancia materna. Hablo así, utilizando el pretérito perfecto, porque desde hace unos días mi chiquitín y yo nos estamos despidiendo de todo esto. No lo digo con pena, ni mucho menos; es una decisión tomada sin pensarla demasiado, pero tomada con el corazón. Considero que ya hemos disfrutado bastante de la lactancia y que ahora nos toca dejar paso a otras experiencias.

      Jamás había hablado en el blog de la lactancia materna, a pesar de que es uno de los temas que más se tratan en los blogs de maternidad. Hoy he decidido hacer una excepción porque la ocasión lo merece. ¿Por qué nunca hasta hoy había hablado de todo esto que es tan grande, tan importante y cotidiano? Pues porque es un tema con el que jamás he estado de acuerdo con nadie. O, perdón, quizás es todo lo contrario, porque yo acepto que cada uno haga lo que le dé la gana...es un tema con el que nadie ha estado nunca de acuerdo conmigo. He recibido críticas de todos los bandos, comentarios desafortunados de amantes de la lactancia y de amantes del biberón. Parece que la gente no termina de entender que la lactancia es algo tan íntimo que no se puede opinar sobre cómo lo viven los demás (¿acaso nos metemos a opinar sobre las relaciones sexuales que tienen nuestros amigos, sobre cómo deben organizar su casa o sobre qué tienen que hacer con su dinero?). La lactancia es cosa de dos, exclusivamente de dos: la mamá y el bebé. En el curso de preparación al parto- maternidad incluían al padre y al entorno cercano; no sé en los demás casos, pero en el mío puedo asegurar que no he mirado hacia otro lado más que hacia mis hijos, y menos mal. La lactancia es una relación de la mamá y el bebé, y cada mamá la vivenciará de forma diferente con cada uno de sus hijos.

      Y ahora paso hablar de NUESTRA LACTANCIA MATERNA. En primer lugar, la lactancia con mi hija mayor:
      Con ella todo fue difícil al principio: dolor, sangre y lágrimas...muchas lágrimas. A la semana ya estaba dispuesta a claudicar, a dejarlo por imposible o, mejor dicho, por doloroso; pero las pezoneras y una matrona sensible me animaron a continuar, y jamás me arrepentí. Con ella utilicé biberones desde el primer día; sólo por las noches, antes de meterla en la cuna; primero el bibe lo hacía con mi leche y luego empecé a utilizar leche en polvo. Para mí este bibe nocturno fue mágico y salvador, la niña se iba con la barriguita caliente y llena a dormir, y dormía de maravilla. Aprovechando que los bibes le gustaban, era fácil dejarla en algunas ocasiones con otras personas, cuando yo lo necesitaba. Así que tuvimos una maravillosa lactancia mixta. A los 6 meses empezamos a cambiar tomas de teta por tomas de bibe, la mayoría de ellas por causa de fuerza mayor (yo trabajaba fuera de casa en aquél entonces), y poco a poco, a los 7-8 meses, la teta desapareció. Nadie la echó de menos. Pero siempre recordaré la lactancia de la chiquitina como algo muy bonito.

     Con mi hijo pequeño todo empezó diferente. Él nació muy grandullón, con 4, 410 kilitos, y con un hambre atroz. Y a mí que me digan lo que quieran: ese niño se moría de hambre. De entrada no sentí ningún dolor cuando se enganchó al pecho. Sin embargo, el hecho de que el chiquitín se pasara todo el rato pegado a la teta, sin separarse ni un solo segundo durante su primera noche de vida, hizo que alguna pequeña molestia tuviera. Y lo peor no fue eso, lo peor fue que yo estaba totalmente destrozada y no podía descansar. Di a luz en un hospital "amigo de los niños", y no me dejaron darle ni una gota de bibe, para estimular la lactancia materna. Juro que estuve a punto de asesinar a alguna enfermera: ¡yo necesitaba dormir! Pero consiguieron su objetivo: el niño nunca quiso tomar un solo bibe. Ale, así, sin elección: lactancia materna exclusiva. Fue difícil, porque era un bebé muy demandante en lo alimenticio (siempre tenía hambre), pero con el tiempo nos acostumbramos a estar media vida juntos y a disfrutar, y mucho, de esos momentos. Se despertaba por las noches por hambre, dos o tres veces, y no había que buscar otras razones: era hambre pura y dura. Me hubiera encantado poder darle ese bibe mágico nocturno, pero fue imposible. Y así seguimos, hasta los 6 meses que empezó a comer algunas cosas más; y continuamos hasta hoy, ya con 12 meses. El gran paso, el gran cambio, vino hace unas semanas: no sé cómo ni por qué, pero se me ocurrió ofrecerle por millonésima vez un bibe; y esta vez le encantó, para sorpresa de todos. De momento seguimos con lactancia mixta, pero la decisión está tomada: poco a poco, sin prisa, la lactancia materna irá desapareciendo.

      Y, bueno, sé que, como siempre, mi lactancia materna será criticada. Habrá quien piense que es una barbaridad que le siga dando teta a un bebé de un año que ya corre por toda la casa (lo he oído), y también habrá quien piense que es una barbaridad que abandone la lactancia tan pronto (también lo he oído).

      Reivindico, desde aquí, el derecho a una lactancia materna libre, sin cadenas ni condenas de ningún tipo. 

domingo, 29 de enero de 2012

PREMIO: GRACIAS POR TU AMISTAD



      Y aquí tengo un nuevo regalo. Un regalo especial, por muchas razones pero, sobre todo, porque llega en el momento justo. Después de una temporada desvinculada del blog necesitaba un empujoncito, algo que me hiciera continuar con ganas este proyecto. Y, como siempre desde que empecé, ahí ha estado Yaneth, de My Points Of View para ayudarme y otorgarme su confianza y su apoyo. ¡¡¡¡¡Gracias, gracias y gracias!!!!!


    El regalo viene con tarea y, como buena alumna, me voy a poner manos a la obra el domingo a última hora. Hay buenas costumbres que me resisto a perder.


   Tengo cinco preguntas que contestar:


       1.-Elige un momento de tu vida muy importante, sólo uno. 
      Me cuesta elegir, sobre todo si debe ser uno solo, no compartido. Quizás, como momento intenso e importante escogería el del enamoramiento de mi marido. Ahí empezó todo, o casi todo, lo que vendría después. Si eso no hubiera ocurrido, ¿cómo sería mi vida ahora mismo? Pufffffff, cuesta imaginarlo.

       2.-¿Qué lugar del mundo te gustaría visitar y no conoces? 

     Japón.

      
3.-Haz un menú con tu comida favorita: primer plato, segundo plato y postre.

      De primero sopa de pescado, de segundo croquetas y de postre natillas.

    4.-Si a trabajo se refiere ¿cuál sería tu trabajo perfecto o profesión sin pensar en salarios?
      Cualquier profesión que me permitiera ser mi propia jefa y tener un horario libre. Bueno, si alguien conoce un trabajo así que me lo comunique...¡yo veo complicado encontrarlo!

     5.-¿Recuerdas cuando y por qué reíste por última vez?Cuéntalo si lo recuerdas.
      Una tontería. Descripción de la situación:
      Mi hija bajando por unas escaleras de caracol, con una pizarra de medio metro de ancho en los brazos; sin sujetarse en nada. Mi madre, escandalizad
a, grita: "¡Noooo, me estás dando mucho miedo así!". Mi hija contesta: "Pues no tienes que tener miedo de mí, abuelita. Yo no soy una persona mala". 
      Lo dicho: una tontería...pero ¡lo que me pude reír con ese comentario!


      Ahora me toca PASAR EL TESTIGO a 5 blogs. Llevo poco tiempo en esto, y todavía me queda mucho por leer y montones de experiencias por compartir en la blogosfera. Soy consciente de que no puedo hablar de amistades todavía, todo llegará. La amistad es algo más profundo. Pero sí que noto afinidades, simpatías, blogs en los que me siento muy a gusto, personas que están detrás de la pantalla del ordenador escribiendo y leyendo que cada vez son más importantes en mi vida. Cada día un poco más.
      Por tanto, envío este premio a 5 blogs con los que disfruto, escritos por personas interesantes y poco a poco más cercanas.

     El túnel del hada: Un rinconcito precioso. Perfecto para visitar si eres amante de la literatura infantil; siempre hay buenas recomendaciones.

    Historias de un príncipe y cuatro princesas: Una nueva adquisición en mi listado de lectura. Divertido y escrito por una mamá con mucha experiencia.

      A latidos: Débora escribe este blog sin morderse la lengua, diciendo lo que piensa moleste a quien moleste...¡y eso me encanta! Leo tu blog y lo sigo, por supuesto.

     Las mariposas de Raquel: escrito por una mamá reciente y experimentada al mismo tiempo, con mucho ingenio e ironía. Otro blog que acabo de descubrir y que no me puedo perder.

      My Points of View: No podía dejar de hacerlo. Como Yaneth es la que me manda los premios se queda sin que yo la premie, ¡y eso no puede ser! Tranquila, no te pido que vuelvas a contestar a las preguntas, pero quería agradecerte de alguna forma tanto apoyo, a la par que comentar lo mucho que disfruto leyendo tu blog.


      ¡Saludos para tod@s!




viernes, 27 de enero de 2012

¡¡DEJADME DORMIR!!

      Queridos hijos, os quiero más que a nada en este mundo, sois tan monos con vuestros ojitos melosos y vuestras bromas, me divierto tanto jugando con vosotros...pero dejadme que os recuerde que son las siete de la mañana.


      A esta hora la calle está oscura, cariños, y las personas con suerte están en la cama, porque, ¿sabéis?, hoy es domingo.

      El día es largo para jugar, aburrirse, mirar cuentos, comer, salir a la calle, darse besitos y pelear. Hay día de sobra, os lo digo yo, que llevo muchos días vividos.

      Y dormir es tan maravilloso; tan, tan maravilloso. Hay gente que pagaría por tener una hora más de sueño al día. Yo lo haría, sin ir más lejos.

      Mis niños, decidme que son imaginaciones mías. Decidme que lo que estoy escuchando por el intercomunicador son fantasmas, sucesos paranormales, ladrones...cualquier cosa que me importe menos ahora mismo que escucharos llorar.

      Mi cama está caliente, las sábanas y mantas me abrazan, la almohada es suave y tiene la forma de mi cabeza, la mano debajo de la almohada tiene un tacto suave. Estoy en paz, o lo estaba hace un momento.

      Por favor, lo imploro, lo suplico:


      ¡¡DEJADME DORMIR!!

jueves, 26 de enero de 2012

SITUACIONES MATEMÁTICAS




     El otro día escuché a dos madres que hablaban en el parque. Bueno, en realidad sólo se oía hablar a una. Era la típica madre- abuela, que exaltaba las cualidades de su hija a voz en grito. Alcancé a escuchar una frase muy clara: "Si es que ya te digo yo que mi hija está mucho más espabilada de lo normal. Con dos años y medio fíjate que conoce todas las letras, todos los colores, todos los números y todas las formas". Me lo creo, por supuesto, ¿por qué no iba a ser así?

      Yo estaba observando lo que sucedía en el parque, cómo se relacionaban los niños. Las dos hijas de esas señoras, que aparentaban la misma edad, jugaban juntas, con otros dos niños más. Cuando mi hijo pequeño se acercó a ellas, la niña normalita de la mujer que estaba callada dijo: "Mira, somos cuatro, así que si dejamos jugar a este niño con nosotros seremos cinco". Así, tal cual, la niña se plantó una suma y se quedó tan pancha. Quién sabe, quizás esas niña no sepa reconocer el número 5 escrito en un papel, pero es evidente que sabe lo que significa, y eso es lo importante.
   
     Y es que nadie duda que un niño tiene que saber hablar bien para poder aprender a leer y a escribir, ¿verdad? Pues yo pienso que un niño tiene que dominar ciertos conceptos matemáticos básicos, de esos de los que forman parte de nuestro día a día, antes de empezar a intentar "enseñarle" de forma sistemática eso que se llama matemáticas. Las matemáticas escolares son una especie de ogro que se come la motivación de los niños; no de todos, pero sí de un porcentaje bastante elevado de los alumnos. Y es que, según la opinión de estos niños, las matemáticas no sirven para nada, están vacías de significado y, por tanto, de interés (seguro que conoces a algún niño que odie las matemáticas. Si le preguntas el porqué, verás que te dice algo muy parecido). Y por más que les pongamos problemas reales y divertidísimos ("María tenía tres caramelos y perdió uno. ¿Cuántos caramelos le quedan?), pues como que nuestros niños siguen sin entender  que las matemáticas sirven.

      Sirven. Pero no es sólo que sirvan de algo, sino que son uno de los dos instrumentos básicos que tenemos para comprender e interactuar con el mundo; uno es el lenguaje y el otro las matemáticas. ¿Qué es lo que hace que los niños, entonces, sientan esa desvinculación hacia ellas? Pues sinceramente creo que el problema está en el planteamiento pedagógico de base.

      Para mí fue un grandísimo descubrimimento el que tuve el día que un profesor de la facultad nos habló de las SITUACIONES MATEMÁTICAS. A ver si soy capaz de explicarlo a grandes rasgos:
Las situaciones matemáticas, desde el punto de vista de la pedagogía, son un problema real que se le plantea a un niño o a un grupo de niños con el fin de que estimulen sus competencias matemáticas. Un ejemplo sería el que os pongo en este enlace: http://pagines.uab.cat/meque/sites/pagines.uab.cat.meque/files/merienda_galactica_0.pdf

      Para mí, ésta es la mejor forma de acercarse a las matemáticas. Pero ahora no estoy hablando como profesora, sino como madre: ¿cómo hacer para estimular el razonamiento matemático de nuestros hijos?
Porque, sí, es algo que también se estimula. mucho se habla de la estimulación del lenguaje, pero de esto no se habla tanto como se debería. Desde luego, el razonamiento matemático no se estimula enseñándole a un niño a reconocer los números, como hizo la mamá- abuela del parque y como hacen muchos padres con buenas intenciones o, a veces, otros, con afán de tener hijos excepcionales.
No, lo mejor que podemos hacer, exactamente igual que con el lenguaje, es aprovechar las situaciones cotidianas, porque en el día a día nos vamos a encontrar un montón de situaciones matemáticas sencillas: poner la mesa, cortar una tarta en pedazos, repartir juguetes, la observación del cuerpo humano, de la naturaleza...Muchas, muchas, muchísimas situaciones matemáticas.

      Lo importante es hacerle ver al niño que existen esas situaciones, que nos plantean problemas que sólo podemos resolver con un instrumento: los números. Los números, por tanto, son algo cercano y cotidiano.

     Y, como padres, durante los primeros años, también podemos darles algunos recursos que les ayuden a solucionar esos problemas; principalmente se me ocurren dos:

  • Enseñarles la cantinela de los números: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...Es un paso previo, o facilitador, del conteo y de la adquisición del concepto de cantidad. 
  • Enseñarles a utilizar su cuerpo como referencia. Sin ir más lejos: los dedos de la mano. Los llevamos siempre con nosotros y son muy útiles para contar, poner, quitar...Es un instrumento maravilloso, sobre todo durante los primeros años, ¡nunca entendí por qué algunos profesores persiguen a los niños que cuentan con los dedos!

miércoles, 25 de enero de 2012

HIJO MAYOR- HIJO PEQUEÑO (2)







Y, sí, ahora soy yo la mamá. 
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      ¿Y cómo llegué a esto?
      Primero descubrí que ser mamá ya no era algo tan lejano (¿quién me lo iba a decir hace unos años?), luego decidí que quería serlo, y un día me di cuenta de que lo iba a ser. Y ese día me entró pánico, he de reconocerlo: la responsabilidad se me cayó encima como una losa. No sólo estaba feliz e ilusionada (y mucho), también estaba asustada. No me veía en ese nuevo papel.

      Pero nació la peque y me encontré de golpe ahí, yo, la mamá de mi HIJA MAYOR. Nadie piensa cuando se encuentra en esa situación en el adjetivo "mayor" destinado al bebé, pero la realidad es que muchos de los primogénitos acaban siendo los hermanitos mayores, y se forman sus características como tales ya desde el momento en que nacen. Ellos nos enseñan lo que significa ser padres, nos meten en este universo paralelo que jamás nos habíamos imaginado; ellos son los que cambian nuestra medida del tiempo, nuestros horarios, nuestras aficiones, nuestras prioridades; los primeros que nos enseñan la magia de una sonrisa de bebé, nos descubren lo que significa el insomnio, nos maravillan ante cada mínimo avance. Y es que cuando nuestro primogénito dice su primera palabra nos volvemos locos de alegría; ni hablar de cuando da sus primeros pasitos. Es algo nuevo, único y emocionante. Todo esto se vive sólo una vez como "primera vez", y la primera vez es siempre especial, siempre.

      Pero no todo son maravillas para el hermanito mayor, porque tiene que cargar con algo muy pesado: la INEXPERIENCIA de los padres. Yo miro hacia atrás, hacia los momentos en los que mi hija mayor era un bebé, y me doy cuenta de que estaba equivocada en la mayoría de las cosas que hacía, porque todavía estaba buscando cómo quería ser yo como madre. Y como todavía buscaba, pues experimentaba; y el objeto de mis experimentos era mi hija. Las respuestas no surgen hasta que no aparecen las PREGUNTAS, y las preguntas nos vienen en infinidad de situaciones: ¿la dejo llorar o no?, ¿la cojo o meneo el cochecito?, ¿me atrevo a salir a su hora de la siesta o no me atrevo?, ¿le quito el chupete ya? Infinitas preguntas ante una experiencia tan compleja como es la de ser padres.Y probablemente no existe la respuesta adecuada, cada familia tiene que buscar la suya. Pero, claro, hay que buscarla, y experimentar, y hacerlo mal, y sentirse frustrado.

      Pero llega un día en el que ya estamos seguros, sabemos más o menos cómo actuar ante cada situación conocida. Y pensamos, por ejemplo: "tengo que recordar esto por si tengo otro hijo, porque de esta forma he conseguido que durmiera de maravilla". Ja    ja    ja.
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      Cuando mi HIJO PEQUEÑO estaba en camino, mi primer sentimiento fue el de culpa. Me sentía culpable frente a mi hija, porque no quería quitarle ni uno solo de los mimos que recibía. No es que ella no quisiera compartir con su hermano...¡es que era yo la que no quería compartir mi amor! Es difícil de explicar, pero probablemente la que haya pasado por esa situación puede entenderme (aunque no todo el mundo lo vive así). Y yo que, además, soy la hermana pequeña, me sentía tremendamente culpable, también, con el chiquitín que aún no había nacido. Sabía que tenía que dedicarle exactamente la misma atención que a su hermana, y me esforzaba por hacerlo así desde el embarazo, pero pronto pude comprobar que eso es imposible. No hubo piernas en alto, ni siestas reparadoras, ni imaginación desbordante sobre cómo sería el bebé. No hubo nada de eso, pero hubo otras cosas...como preludio de todo lo que iba a acontecer.

      Porque el segundo hijo es "otra cosa". No se disfruta menos, ni se quiere menos, ni sorprende menos. Simplemente es una nueva personita que hace que todo sea diferente. El que quiera revivir emociones se llevará un chasco, porque lo que va a vivir va a ser diferente, como toda persona que acaba de nacer merece. Y es que la experiencia acumulada que hemos recopilado con el primero no sirve de nada o, al menos, de poco. Y los truquillos que utilizábamos para que el mayor durmiera de maravilla no funcionan con el pequeño, y así con casi todo. De todas formas, ya sabemos más o menos el tipo de padres que queremos ser, y eso es un gran avance. Pero, sobre todo, hay algo muy importante que tenemos ganado: la TRANQUILIDAD. Ahorano dudamos de que el chiquitín va a caminar, va a hablar, va a dormir varias horas seguidas, va a crecer, va a dejar de lado las rabietas, etc., etc., etc. Sabemos que sólo es cuestión de tiempo, así que nos lo tomamos todo con más calma. Y aquí llegamos a la conclusión más clara que yo he sacado respecto a este tema: El hermano mayor vive con mucha más presión desde el principio; el hermano pequeño es más libre. Quizás de aquí venga eso que dicen siempre los mayores de que los pequeños son unos mimados. No, yo no lo veo así, simplemente es que los padres no les exigen tanto porque están más tranquilos, más relajados.

      Por otro lado, aunque disfrutemos muchísimo de nuestro segundo hijo, y sus logros nos emocionen, es inevitable que nos impresionen un poquito menos que cuando los observamos en el primer hijo. Inevitable. Yo, hermana pequeña de pro, he hecho esfuerzos por hacerlo todo igual...y no lo he logrado. Un día el peque caminaba y todos nos pusimos muy contentos, pero cuando habían pasado tres días me enfadé conmigo misma: "¡¡su hermana tiene veinte vídeos del día en que empezó a caminar, y a él aún no le hemos hecho ninguno!!!". Y así con muchas cosas. Eso sí, fotos le he hecho como para llenar unos cuantos álbumes, jajajaja.
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      Respecto al día a día de los hermanitos...¡en otro momento contaré más!

      

      

martes, 24 de enero de 2012

HIJO MAYOR- HIJO PEQUEÑO (1)

      Yo soy hermana pequeña. Lo digo así, como si estuviera desnudando mi alma en una reunión de alcohólicos anónimos. Muchas veces he sentido que formaba parte de un grupo muy unido, definido y en el que todos sus miembros están de acuerdo en los puntos básicos. Si sois hermanos pequeños entenderéis todo lo que voy a contar:


  • Mi hermana tiene 2 álbumes de fotos enteritos de cuando era bebé; yo tengo dos hojas de un álbum que, por supuesto, comparto con mi hermana.
  • Todo lo que hacía o estudiaba mi hermana era muy difícil, importante e intocable. Cuando ella estaba en 8º de EGB era un personaje importantísimo; cuando yo estaba en 8º de EGB era la hermana pequeña de una estudiante de universidad.
  • Cuando venían sus amigas a casa se encerraban en la habitación (que también era mía), y no me dejaban pasar. Yo lloraba y pataleaba de frustración ante esa puerta cerrada.
  • Mi brazo fue un "campo de tomate" miles de veces (¿conocéis ese "juego"?), mi hermana me expicó un día cómo había sido el concurso de tortazos que habían tenido en su clase (sólo años después se me ocurrió pensar que no había existido tal concurso), y me lo explicó haciendo una demostración , tortazo a tortazo, en mi propia cara. Ella disfrutaba, también, asustándome cuando estábamos solas; me ponía el vídeo de Thriller, que me aterraba.
      Y podría seguir y seguir...Pero, no me malinterpretéis, yo quiero muchísimo a mi hermana, una cosa no quita la otra.


      Y sé que los hermanos mayores también tenéis vuestras vivencias comunes, vuestras quejas, porque las he escuchado muchas veces. Básicamente se resumen en que siempre sois los culpables de todo lo que pasa, que se os echa en cara que sois "un mal ejemplo", que tenéis que "abrir camino", y un montón de cosas más que no tienen ninguna importancia, jajajajaja.


      Bueno, y ahora el tema: AHORA LA MADRE SOY YO. Y desde el día en que me descubrí a mí misma diciendo: "Hija, ven aquí un momentito", y escuché la respuesta de mi hija: "¿Qué es lo que he hecho mal?", corroborando el hecho de que mi tonillo es exactamente una reproducción del que utilizaba mi madre cuando me quería regañar por algo...pues, desde ese día, tiemblo por eso que yo llamo: "la reproducción inevitable de la historia".


      Y ahora que tengo 2 hijos, una mayor y otro pequeño (obviamente), ¿qué es lo que ha pasado? Es demasiado largo de contar. Mañana continúo :)


lunes, 23 de enero de 2012

IDEAS CON HACHE




"La letra mágica se escribe con dos palos así y uno en el medio. No tiene nombre porque es mágica, y cuando la vemos nos tapamos la boca: ¡está mudita! La letra mágica está en el nombre Héctor y en Henar, y ellos tienen mucha suerte, porque es la suya".

Es evidente que esta explicación jamás la habría dado yo, persona adulta y conocedora del mundo de las letras. Ésta es la explicación, o una variación o recopilación de varias, que da mi hija sobre la letra hache. La letra hache tiene el privilegio de poder decir que es la causante de muchos de los cambios de impresiones que tengo yo con mi hija. Y es que si me estuviera leyendo ahora me diría, medio gritando: "que no se llama así, mamá, que nooooooooo, que es la letra mágica!".

Bueno, pues la letra mágica se ha apoderado de mis ideas. Están ahí, las noto pero no las veo, porque están atrapadas en su mundo propio. A veces me gustaría cazarlas, pero realmente disfruto en el silencio, en el dejarme llevar, sin dar demasiadas vueltas a lo que ocurre a mi alrededor. Creo que esto que me pasa es una consecuencia clara de un cambio que se ha producido hace poco en mi vida: empezar a escribir el blog. Con el blog descubrí una nueva relación con el mundo, y se convirtió en poco tiempo en algo importante para mí; pero esta relación Kym- blog- mundo acaba de atravesar su primera e inevitable crisis. Mis ideas se camuflaron detrás de la hache para no ser contadas.

Sin embargo, hoy me desperté con ganas de escribir muchas cosas, ilusionada de nuevo con el blog. Parece que esta crisis ha finalizado: ¡bendita sea la reconciliación!

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