lunes, 30 de abril de 2012

FREDERICK

      



      Tengo la costumbre de acudir con mis hijos casi todos los miércoles a la biblioteca municipal del pueblo donde vivimos. Allí hay un lugar mágico para los peques de 0 a 3 años, que se llama: "la pecera". Entre colchonetas de colores, nubes en el techo y cuentos a montones, totalmente accesibles para ellos, el gusto por la lectura se despierta casi sin que nadie se dé cuenta.
      Cuando nos vamos, elegimos un par de cuentos para llevarnos a casa, hasta el miércoles siguiente.

      Esta semana mi hija mayor tenía clara su elección. Reconoció un cuento entre las estanterías de la zona de 3-6 años, y gritando en voz baja me dijo (sí, se puede gritar en voz baja, mi hija tiene una habilidad especial para ello): "¡¡¡FREDERICK!!! Este cuento lo tenemos en el cole y es precioso. Te va a encantar, mamá".

      Esa noche, antes de dormir, leímos el cuento de Frederick. Desde la primera página estábamos todos emocionados.


      Frederick es un ratoncito diferente. No ayuda a su familia en la recolección de víveres para el invierno, lo que provoca la curiosidad de sus semejantes. Pero él insiste en que sí trabaja: recoge rayos de sol, colores y palabras. Nadie parece comprender a qué se dedica Frederick exactamente, pero le respetan. Cuando el invierno está terminando, junto con las provisiones, y la familila de ratones empieza a caer en la desesperanza, Frederick les alegra la vida. Iluminándolos con los rayos del sol, mostrándoles una bella paleta de colores y transportándolos con sus palabras. "Frederick, tú eres un poeta".

      



      Y es que al fin he encontrado una buena alternativa a la fábula de   La cigarra y la hormiga. Los que me seguís desde hace tiempo sabéis lo poco que me gusta dicha fábula.


      Todas las profesiones son nobles, todas, pero parece que a veces se nos olvida la importancia que ha tenido el arte, a lo largo de la historia, para la humanidad. ¿Qué haríamos sin músicos, pintores, escritores...?


      "Frederick" es una buena forma de explicarles a los más pequeños la función social del arte.




Título: Frederick
Autor e ilustrador: Leo Lionni 

Editorial: Kalandraka 

sábado, 28 de abril de 2012

YO OS EDUCO

      Yo os educo, es mi responsabilidad hacerlo. Más allá de las pequeñas dificultades y preguntas que surgen día tras día, constantemente me cuestiono: ¿hacia dónde dirijo mis intenciones?, ¿cuál es el objetivo final?

      No es poca cosa meditar sobre esto. Aunque hoy en día esté rodeada de pañales y cuentos de princesas, sé que el tiempo pasa rápido. Vosotros no sólo sois mis hijos chiquititos, encantadores e insoportables, no. Vosotros sois futuros adultos, iguales, con los que no he tenido, por cuestiones de genética y lógica humana, la suerte de coincidir en el tiempo compartiendo edades similares.

      Y esos adultos que son iguales a mí, hoy dependen de mí. Cuidado, que es para no pegar ojo por la preocupación.




      La falta de práctica hace que me vaya por las ramas (ay, sí, ¡he echado de menos escribir en el blog!). El tema es, repito: ¿cuál es el objetivo final? Supongo que cada padre tiene un objetivo u objetivos en mente. Yo he decidido plasmar los míos en el blog para organizar mis ideas. Sé que me queda mucho por meditar, y para cuando tenga totalmente claro lo que quiero transmitir a mis hijos, ellos serán ya mayores. Pero no olvidemos que lo interesante siempre es el proceso (si no, ¿por qué las personas de la tercera edad, que han acumulado gran sabiduría, siempre recuerdan como maravillosos los momentos de su juventud cuando eran menos sabios?). Así, pues, ahora mismo se me ocurren estas finalidades:







      1.- Hijos, por favor, ante todo sed buenas personas. Sé que suena simplón e incluso vacío, pero para mí eso de ser "buena persona" es la base de todo. Pensad en los demás, no sólo en vosotros mismos; no hagáis daño a nadie intencionadamente; sed amables y sinceros en el trato.

      2.- Buscad la felicidad, siempre, aunque parezca que está perdida. Y recordad: la felicidad a veces no está en el camino más vistoso y fácil; a veces cuesta encontrarla porque se oculta en los senderos más insospechados. Es fugaz, pero vale la pena rozarla, aunque sólo sea un segundo.



      3.- Intentad desarrollar al máximo vuestras capacidades. No os pido que seáis los mejores en nada, simplemente me gustaría que consiguierais ser una buena versión de vosotros mismos.Y eso, tomando el ejemplo de cualquier persona, ya es mucho.


      4.- Sed flexibles, aprended a adaptaros a este mundo tan voluble. No tengáis miedo a innovar, ni en vuestros actos ni en vuestras ideas. Tampoco temáis los cambios. Si la vida os lleva lejos, porque así debe ser, no sufráis al mirar atrás (aunque espero que jamás olvidéis lo que lleváis atrás).


       




      Y hasta aquí he llegado. Hoy estos son mis objetivos, aunque ya os digo que se van transformando con el tiempo. ¿Cuáles son vuestros objetivos como padres? ¡Me interesa mucho saberlo!

      Un abrazo a todos los que me estáis leyendo. Gracias por pasar, a pesar de todo, de vez en cuando por esta casita, esperando encontrar humo en la chimenea.



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